¿El Rock Progresivo goza de buena salud?

El Rock Progresivo ha estado haciendo ruido en los medios últimamente. El artículo «The Persistence of Prog Rock» escrito por Kelefa Sanneh y publicado en la revista The New Yorker en Junio de 2017, ha generado algún debate. Quiero hacer un experimento con este artículo de Phaedrus. Como este tema es muy polémico, me gustaría construir este artículo como un esfuerzo colectivo entre los miembros de la comunidad de Phaedrus. El proceso será el siguiente: en esta primera versión del artículo, que servirá como punto de partida, voy a exponer mis puntos de vista en cuanto al estado actual del Rock Progresivo. También publicaré este artículo en el blog de Phaedrus. En base a las respuestas, comentarios, e información adicional aportada por todos, generaré una segunda versión del artículo y lo publicaré como un número extra especial, antes de la edición de otoño. Por supuesto, incluiré los créditos de todas las personas cuyo material utilice para generar la nueva versión de este artículo.

Si tienes buen dominio del inglés escrito, te invito a que leas el artículo de Sanneh. Lo que expongo a continuación tendrá más sentido si lo haces.

Escribí un comentario acerca de este artículo en la página de Phaedrus en Facebook. Era una reflexión acerca del hecho de que vivimos en la era de la desinformación, que es una consecuencia del exceso de información. El artículo presenta una visión distorsionada del género, porque cualquier análisis que no considere la vasta cantidad de música escrita a partir de la década de los 90 es, por defecto, imprecisa e incompleta.

Pero el artículo de Sanneh es muy útil para el debate que estoy a punto de fomentar. El Rock Progresivo evidentemente está vivo. Este es un hecho incuestionable cuando vemos no decenas sino cientos de álbumes publicados todos los años, algunos de los cuales continúan expandiendo las fronteras estéticas del género. Sin embargo, no puedo decir que goce de buena salud. Hay un problema importante en términos de identidad y actitud, y hasta que esos asuntos no se resuelvan, este género seguirá ocupando un modesto (y minusvalorado) puesto dentro de la música.

Identidad

A principios de los años 70, era comprensible que los músicos que crearon el género no supieran exactamente lo que estaban haciendo. Una de las pocas excepciones es Jon Anderson quien se refirió al Rock Progresivo (y estoy tomando esta cita del artículo del Sr. Sanneh) como “una forma de arte elevado”.

Y sí, esto es exactamente lo que el Rock Progresivo es: “Una forma de arte elevado”.

Desafortunadamente esto, más de 40 años después, sigue sin estar claro. Este género adoptó mucho del enfoque y maneras de una expresión de música popular conocida como Rock & Roll, que es la antítesis de lo que “arte elevado” (en contraste con arte popular) es. Y el Rock Progresivo es una elevada forma de música artística. Algunos iconos del Rock Progresivo se han dado cuenta de esto en los últimos años. Uno de los casos más dramáticos es Keith Emerson. Hace apenas un par de días, su hijo Aaron Emerson desveló al epitafio de Keith. Dice lo siguiente:

Keith Noel Emerson

1944 – 2016

Composer

No dice “virtuoso de los teclados,” o “teclista y compositor.” Esto no es coincidencia. De hecho, su novia Mari Kawaguchi en un post después de la muerte de Keith, dijo que él le mencionó varias veces que quería ser recordado como un compositor. No como un extravagante teclista rockero virtuoso.

Si Emerson hubiera tenido una segunda oportunidad, con el entendimiento que desarrolló a lo largo de los años, probablemente no invertiría mucho tiempo clavando cuchillos en los órganos o jugando con un “synthesizer stick”. Al final de su vida, comprendió que sus logros más importantes fueron sus composiciones. Que obras como Karn Evil 9 o Tarkus merecen mayor reconocimiento.

Lo primero que debemos considerar en este debate sobre “Identidad” es si el Rock Progresivo es, o no es, rock. Bueno, mi opinión, que ya habrás adivinado, es un categórico y rotundo NO.

La razón principal por la que el Rock Progresivo ha sido repudiado por críticos durante tantos años, es esta precisamente. Si evaluaras unas tijeras en función de su capacidad para contener agua, ¿qué dirías?

Los músicos de progresivo en los años 70 querían ser estrellas de rock. Las compañías discográficas hacían marketing de este género como si fuera rock, y trataron de encajar un cuadrado en un círculo. Adivina qué: no pudieron. Tan pronto el género perdió fuelle, inmediatamente le dieron la espalda. Y es perfectamente comprensible porque este género, visto desde la perspectiva del rock, es una basura.

Estos artistas descolocados, así como toda la comunidad progresiva, fueron inmediatamente tachados de frikis.

Aunque no estés de acuerdo conmigo, considera por un momento que no estamos hablando de rock. Cambiemos rock progresivo por música clásica.

Ahora vamos a reinterpretar algunos fragmentos del artículo del New Yorker:

“el intento de un género de demostrar que el rock and roll no tenía por qué ser simple y tonto – podría en su lugar ser complicado y tonto.”

El intento de un género de demostrar que la música barroca no tenía por qué ser simple y tonta – podría en su lugar ser complicada y tonta. Si no lo crees, sólo tienes que mirar la complejidad de las obras escritas por el más tonto de los compositores: Johann Sebastian Bach.

“Los pioneros del prog-rock abrazaron la extravagancia: extraños instrumentos y letras fantasiosas, composiciones complejas y álbumes conceptuales abstrusos, con solos deslumbrantes y shows en vivo aún más deslumbrantes.”

Tomemos, por ejemplo, las óperas de Wagner. ¿Puede alguien decirme a quién le gustaría estar 4 horas atrapado en ese absurdo ejercicio de exaltación del ego?

“En la historia de la música popular, según lo dicho por la tradición, el rock progresivo estaba, en el mejor de los casos, en un callejón sin salida, y en el peor, instalado en la vergüenza. Una advertencia a generaciones futuras: no te dejes llevar demasiado lejos.”

Eh, Sr. Debussy: “¡cuidado con ir demasiado lejos!” Esto es una advertencia para futuras generaciones, especialmente los integrantes de la Segunda Escuela de Viena y futuros compositores como Ginastera o Stravinski.

“El colapso del progresivo ayudó a reafirmar el argumento dominante en el rock and roll: que ser pretencioso es el enemigo; que el virtuosismo puede ser un impedimento para la auténtica expresión; que la ‘autoformación’ es en general preferible a la ‘formación clásica.’”

Sr. Rubinstein, su virtuosismo como pianista es un impedimento para su auténtica expresión. Le hubiera ido mejor si se hubiese autoformado.

Podría continuar con más citas, convirtiendo este artículo en algo divertidísimo a los ojos del amante de música clásica. Este artículo hubiera sido desechado como un pedazo de basura.

Así que, aunque no estés de acuerdo con que el Rock Progresivo no es rock, espero que al menos veas las consecuencias de etiquetar un género equivocadamente.

Si alguna de mis reinterpretaciones de estas citas te pareció graciosa, eso implica que estás de acuerdo con que el rock progresivo está siendo evaluado desde una perspectiva equivocada. Al menos, esto es un buen punto de partida.

Cualquier músico actual que quiera adoptar seriamente la música progresiva como su medio principal de expresión, debe empezar por entender de qué estamos hablando. En los años 70 la confusión era aceptable. Pero hoy, más de 40 años después, no es aceptable que un músico de progresivo se ponga a pedir palmaditas al público, o que un cantante de progresivo se ponga al lado de un guitarrista y se ponga a imitarlo durante un solo de guitarra. No. Mientras músicos poco informados continúen haciendo eso, la música progresiva continuará siendo un subproducto marginal del rock.

Así que, he aquí la primera medicina para restaurar la salud de este paciente llamado (de momento) Prog: DESTERRAR EL TERMINO ROCK.

Me verás usando el término “Rock Progresivo” especialmente en promociones, porque quiero llegar a una audiencia que no sabría de qué estoy hablando si utilizara otro término.

Hay otro problema relacionado con “Identidad”: el término «Progresivo». Si leíste artículos anteriores de Phaedrus como “Rock Progresivo – Una Etiqueta que Desorienta” o “El Proceso Creativo” entonces estás familiarizado con mi punto de vista al respecto. Paso a resumirlo. Es un error colocar “innovación” como la seña de identidad predominante de un género. Porque no es nada más (ni nada menos) que sólo uno de sus atributos. Un género no se puede definir por ser innovador porque este término está condicionado por el paso del tiempo. La obra de Picasso ya no es innovadora. Si esa fuera la única forma de etiquetar su estilo, hoy en día sería, cuanto menos, confuso.

De nuevo, en los años 70, tenía sentido vincular esta música con el término “progresivo”. Pero ya no. Algunas bandas actuales están ampliando las fronteras del género; son innovadoras. Otras están creando obras valiosas de arte, pero manteniendo su lenguaje dentro del perímetro estético actual. De nuevo, déjame poner un ejemplo extraído de la música clásica. Camille Saint-Saëns murió en 1921. Era contemporáneo de Debussy, que murió en 1918. ¿Deberíamos descartar la obra del primero porque su lenguaje estaba décadas por detrás del segundo? Cualquier amante de la música clásica te diría que el sólo hecho de considerar descartar la música de Saint-Saëns sería una herejía. Por lo tanto, ¿por qué deberíamos hacer eso en nuestro género? Algunos innovan, otros no. Eso es exactamente lo que ocurre en TODAS las formas de arte.

Así que, aquí está la segunda medicina: no esperes que toda la música que se hace en nuestro género tenga que ser necesariamente innovadora. De esto se deduce que hay otra palabra que debe ser eliminada del término que define nuestro género: Progresivo.

Ooops. Nuestro género se llama “Rock Progresivo” y estoy eliminando ambas palabras. ¿Qué hacemos entonces?

Como comenté en “Rock Progresivo – Una Etiqueta que Desorienta”, etiquetar nuestro género no es tarea fácil. Porque es muy ecléctico y ha absorbido elementos de una amplia variedad de géneros como el rock, jazz, música clásica, música étnica/folclórica, etc. Una alternativa sería “Música Artística” o “Art Music”. Pero cualquier música considerada una expresión artística, una obra de arte, entraría en esta categoría (jazz y música clásica sería los dos principales contendientes).

En aquel artículo expliqué que nuestro género muestra muchos de los atributos de una corriente llamada “Neobarroco”. Y aunque es cierto que hay alguna intersección con el jazz y la música clásica contemporáneos, que comparten algunos atributos del “Neobarroco”, considero que este término es particularmente apropiado para nuestro género. Incluso preserva el sonido “rock”, dejando así una huella del término original.

Así que, compañeros de la comunidad de Phaedrus, ¿quién está dispuesto a unirse a mí en esta cruzada para intentar conseguir un término más apropiado para identificar a nuestro querido género? Mi sugerencia de partida es: Música Neo-Barroca.

Actitud

Este es otro problema que debemos abordar para que la Música Neo-Barroca recupere totalmente su salud. Tenemos dos opciones:

  • Decimos que la Música Neo-Barroca está bien pero no está viva porque no se han creado obras significativas después de los años 70.
  • Decimos que la Música Neo-Barroca está viva y goza de buena salud porque sigue evolucionando.

No hay nada de malo con la primera afirmación. La música impresionista, escrita por compositores como Debussy o Ravel, está bien porque es apreciada y escuchada por millones de personas alrededor del mundo. En ese sentido está viva, pero no está evolucionando a excepción de un puñado de compositores que continúan restringiendo su lenguaje a ese estilo. Sin embargo, creo que la segunda afirmación define con más precisión el estado actual de nuestro género. De hecho, el prefijo “Neo” es apropiado porque esto es exactamente lo que le ha sucedido: experimentó una renovación a partir de los años 90, y continúa evolucionando hasta el día de hoy.

Desgraciadamente, la actitud de muchas organizaciones influyentes no está firmemente alineada con la segunda afirmación. El artículo del New Yorker es prueba de ello y, mira lo que hice con el reciente libro de David Weigel “The Show that Never Ends”: entré en Amazon y busqué en el libro los siguientes términos:

  • Universe Zero
  • Miriodor
  • Deus Ex Machina
  • Discipline (hace referencia al álbum de King Crimson, pero no a la banda)
  • After Crying
  • Anekdoten
  • Kotebel
  • Aranis
  • Big Big Train
  • French TV
  • Frogg Café
  • IQ
  • Thinking Plague
  • White Willow
  • Yugen

¿Adivinas cuántos resultados? Cero.

El mismo fenómeno ocurre con “Prog-Awards”. La lista de omisiones llenaría varios artículos.

Lo que intento decir es esto: la poca atención que el género recibe de los medios, está concentrada en un puñado de bandas que no representan (salvo honrosas excepciones) la nueva encarnación de este género. Así que nosotros, la comunidad, debemos alzar la voz y desacreditar a esas entidades/personas que se atribuyen el derecho a representar al género y se presentan a sí mismos como expertos, pero no tienen ni idea de dónde están las bandas verdaderamente talentosas y qué están haciendo.

Tristemente, muchos iconos del rock progresivo también refuerzan la idea de que el rock progresivo está muerto, porque no se han creado obras significativas después del boom original del género. La mayoría han mostrado poco o ningún interés en investigar lo que hay ahí fuera. Esto es bastante incomprensible porque estamos hablando del verdadero legado del asombroso volumen de obras que ellos han creado. La inmensa mayoría no serían capaces de mencionar a más de un par de los grupos que enuncié en la lista anterior.

Como ejemplo muy pertinente, aquí está el fragmento de una entrevista que Rick Wakeman hizo a Ian Anderson, en su programa “Face to Face”:

A través de las épocas, siempre ha habido quienes dicen que todo se ha hecho y descubierto. Probablemente en su época hubo muchos que dijeron que después de los cuartetos de cuerda de Beethoven, ya no había mucho más que hacer en cuanto a la expansión del lenguaje musical. Ahora bien, lo triste es que el Sr. Anderson llega a esa conclusión ¡porque lo único que considera digno de mencionar es a Coldplay tocando en un ritmo de 7/4! Si él hubiera dedicado tiempo a escuchar a las bandas contemporáneas que están realmente expandiendo las fronteras del género, seguramente tendría una opinión muy distinta del estado actual de la Música Neo-Barroca.

Observa este comentario de Anderson, que es particularmente relevante para la discusión acerca de lo inapropiado que resulta el término Rock para definir lo que está actualmente sucediendo en el campo de la Música Neo-Barroca:

“Si tratas de hacer algo que es radicalmente diferente de esto [rock], algo radicalmente diferente como por ejemplo lo que fueron Cream o Jimmy Hendrix en su día, ya no puede seguir llamándose música rock.”

A partir de una revisión hecha el 13 de mayo de 2018, he comprobado que la entrevista completa ya no está disponible de manera pública. Supuestamente se puede conseguir en www.rockondigital.com pero a la fecha no está disponible.

Para finalizar, quiero terminar esta primera versión del artículo resaltando algunas ideas expresadas en “El Culto a lo efímero y su efecto en el Arte”:

El mayor problema relacionado con “Actitud”, es que la comunidad Neo-Barroca sigue los patrones de consumo de la música comercial. Los aficionados a nuestro género se han convertido en consumidores masivos. Y esta música, requiere y merece más atención. Álbumes complejos se abandonan después de unas pocas escuchas porque hay nuevos álbumes que deben ser escuchados. Los aficionados de otros géneros de Art Music son conscientes de esto y tienden a especializarse. Concentran su atención en sus estilos preferidos y pueden estar semanas degustando profundamente unos pocos álbumes antes de adquirir otros. Nosotros deberíamos hacer lo mismo. Porque al convertirnos en un lago extenso pero llano, en lugar de un río vigoroso, estrecho y profundo, estamos contribuyendo a la banalización y trivialización del género. Si obligamos a los músicos del Neo-Barroco a producir en masa porque sus álbumes no son capaces de mantener la atención de la comunidad por más de unas pocas semanas, la calidad va a disminuir.

Creo que en esta primera versión del artículo hay suficiente material como para encender un debate constructivo. Entre todos, hagamos un diagnóstico preciso de la situación actual de nuestro género y qué debemos hacer para asegurar que continúe creciendo en salud y prosperidad.

Una vez que la segunda versión esté lista, la publicaré en el blog. Siéntete con total libertad para distribuirlo en las redes sociales, blogs, foros, etc. ¡Que la voz de la comunidad de Phaedrus se alce y sea escuchada por todos! ¡Podemos y vamos a promover estos cambios!

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7 comentario(s) en “¿El Rock Progresivo goza de buena salud?”

  1. Te mandaré un texto por correo electrónico.

  2. marco.cayuso@gmail.com dice:

    Gran iniciativa ésta de proponer una discusión seria sobre el estado actual de nuestra música favorita, y además intentar hacerlo de forma que otros podamos participar con ideas para una versión revisada del artículo.

    Me gustaría comenzar diciendo que para mí definitivamente el género goza de buena salud, y que para nada “murió” con los años 70s. A mi modo de ver el Prog sí tuvo su época dorada «a nivel comercial» en la primera mitad de los 70s, pero de hecho en los propios 70s y cuando ya supuestamente había «pasado de moda», hubo muchas obras maestras… Los 80s ciertamente fueron la época más oscura para el Prog (aunque igual hubo alguna que otra joya por ahí), pero ya en los 90s comenzó el resurgimiento con diversos estilos, y con una buena cantidad de grupos y discos extraordinarios… Y esto ha seguido en los 00s y los 10s, así que yo no pienso para nada que el Prog «haya muerto» después de los 70s… Comercialmente por supuesto que no ha vuelto a alcanzar ni remotamente lo popular que fue en los 70s, pero a nivel artístico, sigue habiendo música espectacular dentro del paraguas de lo que se puede considerar Prog en general…

    Coincido contigo en que parte de la “mala fama” que pueda tener nuestro género quizás es producto de terminologías poco acertadas. Sin embargo esto es sin duda un problema bastante espinoso, porque realmente pretender etiquetar las cosas es siempre difícil e impreciso, pero a la vez si no se etiquetan es muy difícil orientarse en el espectro general y saber dónde buscar algo… Entonces las etiquetas son “un mal necesario”, diría que imprescindible, pero al que a veces se le presta demasiada atención…

    Nuestra etiqueta tradicional de “Rock Progresivo” seguramente sí ha causado malentendidos y provocado críticas, sobre todo por eso que mencionas de que la gente asocia “progresivo” a que sea innovador; y aunque por supuesto es excelente que haya innovadores en la música, eso no implica que la única manera de ser bueno sea innovando. En ese sentido tu ejemplo de la obra de Picasso me pareció tremendamente elocuente… Así que si “progresivo” siempre se tiene que asociar con innovar, parece conveniente quitar ese término de nuestra etiqueta… De todas formas cabría preguntarse si “progresivo” automáticamente debería implicar “innovar”… La definición de la palabra es “que avanza o progresa”, o “que avanza o aumenta en cantidad o en perfección”; así que no necesariamente tiene que asociarse a innovar, y más bien podríamos tomarlo en relación a que “aumenta en perfección”… Y en ese caso no habría porqué dejar de usar el término, si se le da la correcta interpretación… En todo caso, tal vez esto es entrar demasiado en temas de etimología, y lo que nos interesa es que la gente entienda mejor cómo es nuestra música favorita, así que pareciera que sí es mejor eliminar el término “progresivo” de nuestra etiqueta…

    Con respecto a lo de “Rock”, no estoy tan de acuerdo en que haya que prescindir del término. Es verdad que hay mucha música de nuestro género que no parece para nada rock, pero otra sí entra perfectamente en el estilo, sin dejar de ser “Neo-Barroca” (por no usar “Progresiva”)… Para tener una mejor opinión sobre este tema en concreto, tal vez convendría aclarar “qué es Rock”, que yo honestamente tampoco tengo tan claro… En todo caso pienso que en nuestra terminología común del Prog, muchas veces sí está bien empleado usar la palabra “rock”. Por ejemplo la etiqueta “rock sinfónico” me parece que cuadra perfectamente para algunos grupos de nuestra música, y términos como “rock ecléctico” también podrían ser válidos y más precisos que “rock progresivo”, sobre todo para algunas bandas… Pero el problema con esas dos etiquetas es que son “parciales”, y solo reflejan a algunos estilos dentro de nuestro género… De hecho esa diversidad y amplitud de estilos en nuestro género también dificultan mucho el conseguir una etiqueta adecuada…

    Me reí bastante con los juegos de palabras mezclando músicos “rock” y “clásicos”; pero no estoy del todo de acuerdo con eso que dices de que no es aceptable que el músico Prog “busque palmaditas del público”, o ande en poses “rockeras”… Claro que hay músicos y bandas que no les interesa eso, pero es válido que otros dentro del Prog sí se interesen por espectáculos de mayor comunicación “festiva o superficial” con la audiencia… Al fin y al cabo hacer “show” no necesariamente es malo, y algunos grandes músicos académicos fueron famosos “showmans” en su tiempo, como por ejemplo Liszt, Chopin, o Paganini…

    De todas formas no hay duda que las constantes críticas a nuestro género muchas veces se han debido a estar siendo evaluado desde una perspectiva equivocada. Y ciertamente hay mucha desinformación por parte de los medios, a lo cual contribuye mucho la actitud soberbia y autocomplaciente de muchos críticos que se especializan en música popular… Increíble que el libro de David Weigel no mencione ni una vez a tantos grupos maravillosos… Sin embargo y en posible defensa del autor, tal vez la intención del libro era simplemente centrarse en el Prog de los 70s; y en ese caso pretender que también hable de bandas posteriores sería como pedir a un libro sobre música renacentista que hable sobre Beethoven o Ravel… Aun así, el hecho es que limitar el libro al espectro del género en los 70s le hace un flaco favor a fomentar el disfrute de las bandas actuales, lo cual es lamentable… Ojala se escribiera un libro similar enfocado a los bandas en los 90s, 00s, y hasta el presente…

    Lamentable también que grandes compositores de nuestro género como Ian Anderson, no se tomen el tiempo para mantenerse un poco más al día con lo que se está haciendo; más aún cuando su propia obra ha influenciado sin duda a muchos de esos esfuerzos más actuales… Los comentarios de Anderson me hicieron recordar a Andy Tillison (de The Tangent), que en algunas entrevistas y en letras de sus propias obras, ha criticado duramente ese desdén hacia el Prog actual que practican muchos de los grandes exponentes del género en décadas pasadas… Por otra parte y tal como mencionas, es curioso como la poco afortunada intervención de Anderson rayando casi en un “fatalismo creativo”, en el fondo terminó validando que sí hay cosas nuevas en el Prog, y que el incluirlas dentro de lo que se puede llamar “rock” es cuando menos, debatible…

    Terminando estos ya demasiado largos comentarios de mi parte, solo agregaría que aunque todavía no estoy del todo convencido sobre el término “Música Neo-Barroca”, y aunque no me atrevo a asomar alguna otra etiqueta, por lo pronto ha sido muy agradable leer y reflexionar sobre todos estos conceptos de nuestro amado género musical… Larga vida al… “¿Prog?”…

    1. Phaedrus dice:

      Muchas gracias por este amplio análisis del artículo! Voy a esperar un par de semanas, ahora que la mayoría ha regresado de las vacaciones, para publicar la edición actualizada del artículo. Espero que otros se animen a debatir dentro del espíritu constructivo de tus comentarios. Mi idea es utilizar fragmentos de comentarios, e incluirlos con mis reflexiones. Eso, espero, dará pie para que los mismos autores u otros, expandan sobre las ideas debatidas. El objetivo no es «dictar cátedra» o definir una postura rígida sobre temas tan polémicos. Sino más bien, servir como vehículo de estímulo para la reflexión. Es bueno para todos ver la situación actual de nuestro querido genero desde distintas perspectivas. Porque son los fans, más que los propios músicos, quienes mantienen y mantendrán vivo el género. Aunque no se escribiera ni una sola nota más de progresivo, el género estará vivo siempre que haya personas que descubran y se conmuevan con este legado impresionante de obras de arte. Afortunadamente, el género está vivo tanto por dentro como por fuera. Sigue creciendo y evolucionando!

      1. marco.cayuso@gmail.com dice:

        Vivito y coleando está sin duda nuestro querido género, y ¡más se estimula con extraordinarios trabajos como el que tú haces con la revista Phaedrus!
        Por cierto de publicaciones y siendo pertinente para el tema de este artículo, te comento que acabo de ver que van a publicar un nuevo libro sobre Prog, donde el autor justamente dice que una de sus razones para hacerlo es defender la idea de que el género no murió en los 70s y sigue vivo… El enlace del proyecto es el siguiente:

        https://www.pledgemusic.com/projects/wonderous-stories

        Espero que el libro sea bueno, pero en todo caso ya es de alegrarse que más personas tengan nuestra misma inquietud.

      2. Phaedrus dice:

        Qué buena noticia!! Espero que haga justicia a la enorme cantidad de buen progresivo que se ha hecho desde los 90 hasta hoy.

  3. jmismael@hotmail.com dice:

    Hola amigos del «Neobarroco» o como queramos llamarlo. Creo que las etiquetas para nuestro querido estilo musical sobran de la misma manera que sobran las banderas y fronteras en un mundo global.
    Desgraciadamente si no ponemos un nombre a las cosas tampoco podemos hablar de ellas así que acepto el termino de marras al menos para poder entendernos. En cuanto a si el género esta vivo o no, depende también del lugar en que lo analicemos. Aquí en España seguimos siendo bichos raros escuchando música rara. Muchos jóvenes acceden al prog a través del metal. Aún recuerdo el concierto de Steve Wilson en Madrid en su última gira (en la Riviera) cuando se sorprendía de que todos los medios gráficos que le entrevistaron tenían en su nombre la palabra Metal.
    Sobre las palabras de Ian Anderson decir que denotan un claro desconocimiento de lo que se está haciendo o incluso de lo que se hizo desde los 80 en el género.
    Otro aspecto importante de lo que ocurre con nuestro querido …… (poner el nombre que mas guste) es efectivamente la cantidad de música nueva que nos rodea constantemente. Esta música no se puede consumir como la cerveza, hay que degustarla como el ron añejo y sin hielo. Lleva su tiempo saborear la mayoría de las composiciones. Corremos el riesgo de perdernos muchos detalles si saltamos continuamente de unos trabajos a otros sin haber podido digerirlos.
    Por lo tanto hay que seleccionar muy bien lo que escuchamos. Sea como sea a disfrutar de nuestra pasión común por la música inteligente-
    Un saludo

    1. Phaedrus dice:

      No puedo estar más de acuerdo contigo: «Corremos el riesgo de perdernos muchos detalles si saltamos continuamente de unos trabajos a otros sin haber podido digerirlos.
      Por lo tanto hay que seleccionar muy bien lo que escuchamos.» ¡Es un resumen muy acertado del final del artículo! Muchas gracias.

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